"Tenemos la misma cantidad de neuronas en el intestino que en el cerebro, por lo que se afectan recíprocamente", explica Xevi Verdaguer (Olot, Gerona, 1 de febrero de 1975), psiconeuroinmunólogo (PNI), nutricionista, fisioterapeuta, director del máster en Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) y divulgador científico. Pone tres ejemplos: "Cuando estás en un lugar que no conoces tienes estreñimiento. Si pasas nervios, diarrea. Y en épocas de estrés puede ser que tengas la barriga más hinchada y gases". El autor de títulos como Transforma tu salud y cuídate o el más reciente Tu salud empieza aquí. Aprende a cuidarte y disfruta de una vida sana (Ed. Grijalbo) defiende, que del mismo modo que la mente afecta al intestino, "también hay comunicación de abajo arriba vía sanguínea, linfática y por el sistema nervioso, afectando a la motivación, la regulación de la saciedad, la irritabilidad...".
Mirar las heces permite comprender esta bidireccionalidad: "La consistencia y la frecuencia con la que hacemos de vientre predice nuestra salud. Analizar las cacas permite ver cuáles son los microorganismos que regulan el funcionamiento del sistema nervioso, que influye en nuestra conducta". Nuestro estilo de vida puede desequilibrar nuestra microbiota o mejorarla, asegura. "Las tres cosas que más inflaman el cuerpo son: el estrés crónico, descansar mal y el desequilibrio de la microbiota intestinal".
Se ha visto que la gente que tiene gastritis y reflujo son problemas asociados a descansar mal por las noches, prosigue, por lo que la higiene del sueño es fundamental para el intestino. "Hay gente que se toma Omeprazol o benzodiacepinas o remedios más naturales como valerianas antes de fijarse en sus apneas nocturnas. Lo normal es no tomar nada y tener un descanso de calidad".
LA IMPORTANCIA DEL SUEÑO
Durante la noche se limpia el cerebro, cuenta de forma coloquial para entenderlo. "Se han acumulado sustancias inflamatorias, como el amoníaco o el lactato. Si no has tenido un sueño profundo, a la mañana siguiente, tienes síntomas como dolor de cabeza, lumbar, falta de concentración, neblina mental". Un día no pasa nada, afirma, pero si esto se produce una noche tras otra, "la neuroinflamación se asocia a colon irritable y enfermedades neurodegenerativas". Si no baja la temperatura corporal durante la noche, el sistema inmune no se activa. Si no bajan las hormonas de estrés, a la mañana siguiente no vamos a poder arrancar. "Las manos y los pies calientes por la noche indican que todo está bien. Si tu sistema inmune no repara inflamaciones por la noche, de poco va a servir una dieta antiinflamatoria".
Aquí introduce el concepto de crononutrición. "Es más importante mirar el reloj que las calorías. Si cenas a las ocho, tienes que desayunar a las ocho, dejando unas 12 horas al intestino descansar, y si te saltas alguna comida para cumplir con un ayuno intermitente, es mejor que sea la cena". La comida tiene un efecto termorregulador, por eso aconseja esperar una hora y media para desayunar tras ver la luz. "A primera hora, el estrés nos activa y el café nos viene bien para activar la grasa parda y fabricar temperatura, pero por la noche es todo lo contrario y, sin embargo, hay gente que cena tarde y está en el sofá con los pies fríos comiendo un poco de chocolate, así que van a descansar mal y no van a tener constancia con lo que se han propuesto cuando se levanten".
REACCIONES ADVERSAS A LOS ALIMENTOS
Cada vez hay más personas que tienen problemas con los lácteos y el gluten. Verdaguer insiste en analizarlo. "Hay gente que no puede tomar gluten porque es celíaco, otros que sólo son sensibles y tienen que quitar el trigo, pero no hay que hacer caso a lo que te digan si no tienes un diagnóstico de celiaquía o sensibilidad al trigo". Respecto a la intolerancia a la lactosa, la fructosa y sorbitol, que provoca síntomas digestivos y extradigestivos y extradigestivos tras la ingesta de estos azúcares. "La dieta baja en FODMAP reduce esta ingesta".
También hay muchas personas con alergia al níquel, dice. "Las personas a las que les sangran las orejas con la bisutería mala tienen que tener en cuenta que hay un montón de alimentos con níquel, y esta hipersensibilidad afecta a un 17% de mujeres y un 3% de hombres". Los enumera: maíz, trigo sarraceno, nueces, almendras, chocolate, legumbres y avena. "El níquel tiene actividad estrogénica, por eso va cogido de la mano de la endometriosis. Mucha gente se ve hinchada, deja el gluten y se pasa a la avena y se inflama más. Yo a mis pacientes les pregunto si los tintes les afectan en la piel, porque es posible que sea por el níquel, y se les puede poner la cabeza roja. O con algunas cremas. Esto se confirma con analítica".
Otra de las consultas comunes tiene que ver con los salicilatos (aspirina). "Hay mucha gente con alergia a los ibuprofeno y muchos alimentos son ricos en ácido salicílico, que son muy antiinflamatorios, pero si les sienta mal, se están haciendo daño". Se trata de frutas como fresas, ciruelas, uvas, sandía, piña, dátiles o frutos secos, vegetales como pepinos, encurtidos y pimientos, legumbres como lentejas, muchas especias (jengibre, orégano...) y cereales como el trigo.
CÓMO REDUCIR EL ESTRÉS
Según el nutricionista, hidratarse y descansar bien ya va a resolver gran parte del problema en la población general que no tenga una patología concreta diagnosticada. "Para inducirnos al sueño tenemos que tener una oscuridad extrema, por eso las tres últimas horas antes de dormirnos es mejor no tener pantallas, porque le dan la señal al cerebro de que siga activando las hormonas de estrés y aún es de día".
Puede ayudar un estímulo como la ducha caliente. "La planta del pie, la palma de la mano y los labios son los lugares del cuerpo donde no nos nace pelo y tienen inervación directa del sistema nervioso, y son los encargados de bajar la temperatura. Si vas a la cama con los pies fríos, entiende que las hormonas de estrés siguen altas y vas a descansar mal". Estar informado ayuda a tomar mejores decisiones que favorecen tu salud, concluye.
Tu salud empieza aquí. Aprende a cuidarte y disfruta de una vida sana
Xevi Verdaguer
Está editado por Grijalbo. Disponible aquí
